En el mundo de la moda cada año salen nuevas tendencias que marcan el hilo conductor en muchas de las colecciones de casi todos los creadores. Siempre se ha dicho que la moda es un saco donde están metidas todas las tendencias y que al final es algo cíclico, todo acaba volviendo.

Bien es verdad que a lo largo de la historia de la moda, podemos asociar ciertos estilos o tendencias a épocas determinadas claramente como los años veinte con sus tejidos plisados y sus perlas, los años cincuenta con su estilo retro o los ochenta con sus hombreras , minifaldas y aires disco. En los 90, sobrevino el minimalismo más absoluto con sus líneas depuradas, sus tejidos lisos y fondos de armario. Marcas como DKNY o Calvin Klein fueron los embajadores de esta tendencia que se quedó para siempre con nosotros sobre todo para el estilo “oficina”. Siempre correcto, con su imagen sobria pero limpia que día tras día visten millones de mujeres en todo el mundo durante sus jornadas laborales.

Para los accesorios ha ocurrido un poco igual, se adaptan a las tendencias cíclicas, y pasamos del estampado tartán al vichy o al Liberty de una temporada a otra.

En el mundo tan especial de los accesorios para bodas, sin embargo las tendencias van de la mano de lo clásico. Como son eventos llenos de alegría y emotividad depende un poco del papel que desempeñe la persona que lleva un tocado. Las madrinas casi siempre se decantan por un estilo clásico, hay prendidos o tocados que hemos hecho hace una década que perfectamente se podrían lucir hoy en día de nuevo ya que su estilo es conservador, refinado y elegante. Colores suaves o neutros, tamaños más bien discretos y si se puede a juego con el vestido.

En el caso de las invitadas, el estilo y colorido del tocado depende un poco del estilo del vestido. Este año el verde esmeralda está arrasando por todas partes, no paramos de ver a influencers lucir el verde de moda que seguro que el año que viene lo asociaremos a una moda ya pasada. Es lo que tienen las tendencias, que son intensas pero efímeras en el tiempo.

Sin embargo,  aunque hay  invitadas que se decantan por la tendencia más absoluta, otras prefieren vestir más minimal y darle protagonismo al tocado, o incluso aunar su estilo eligiendo tejidos lisos y accesorios igualmente favorecedores pero más sencillos. De ahí ha nacido una tendencia actual y es que los tocados monocolor y más sencillos se están llevando el primer puesto. No sabemos si será resultado de tener que llevar aún mascarillas y tener que equilibrar el conjunto visual, pero, de repente, el “menos es más” está más de moda que nunca. Nos encanta el resultado. Elegante, refinado y super favorecedor.